Cruce de los Andes: Una epopeya nacida en suelo argentino!
Descubre cómo José de San Martín planificó y ejecutó el Cruce de los Andes en 1817, un hito clave para la independencia de Argentina, Chile y Perú.
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El Cruce de los Andes es una de las hazañas militares más extraordinarias de la historia de América. Ideado y dirigido por el General José de San Martín desde la provincia de Mendoza, Argentina, en 1817, este plan continental permitió liberar a Chile y abrir el camino hacia la independencia del Perú.
Más de dos siglos después, la proeza sigue siendo símbolo del coraje y la visión estratégica del pueblo argentino.
Por qué San Martín decidió realizar el cruce de los Andes?
Tras los fracasos de las campañas en el Alto Perú, San Martín comprendió que la ruta más efectiva para derrotar a los realistas era avanzar desde el oeste. Inspirado en el plan del militar inglés Thomas Maitland, diseñó un movimiento de pinzas: desde Argentina, el Ejército de los Andes cruzaría la cordillera, liberaría Chile y, por vía marítima, atacaría el bastión español de Lima.
La preparación en Mendoza: corazón logístico de Argentina
Nombrado gobernador de Cuyo en 1814, San Martín convirtió a Mendoza en un verdadero centro de operaciones:
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El Plumerillo: campamento donde se entrenó y equipó el ejército.
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Producción de armas y municiones: fray Luis Beltrán organizó fábricas de pólvora, cañones y fusiles.
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Reclutamiento: participaron voluntarios cuyanos, esclavos libertos y emigrados chilenos.
En total, el Ejército de los Andes reunió unos 5.500 hombres, 10.600 mulas y 1.600 caballos, además de víveres y artillería.
Estrategia: engaño y “guerra de zapa”
Para confundir al enemigo, San Martín desplegó una ingeniosa guerra de zapa, enviando información falsa y espías que desviaron la atención de los realistas. De este modo, las columnas patriotas pudieron avanzar sin ser detectadas.
Los seis pasos cordilleranos del Cruce de los Andes
San Martín dividió sus fuerzas en seis columnas para dispersar al enemigo y garantizar el éxito:
1- Los Patos (columna principal, comandada por San Martín y O’Higgins).
2- Uspallata (al mando de Las Heras, con artillería).
3- Come Caballos (desde La Rioja hacia Copiapó).
4- Pismanta (desde San Juan hacia Coquimbo).
5- Portillo o Piuquenes (maniobra de distracción).
6- Planchón (rumbo a Curicó para apoyar guerrillas chilenas).
Esta táctica permitió que, en febrero de 1817, las columnas se reunieran en Curimón, Chile, listas para la batalla.
Dificultades del cruce de los Andes
El Cruce de los Andes supuso un desafío extremo:
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Temperaturas de más de 30 °C de día y hasta -10 °C de noche.
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Alturas de 3.000 m que provocaron dolores de cabeza, vómitos y fatiga.
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Falta de cantimploras: los soldados transportaban agua en cuernos de vaca.
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Alimentación basada en charquicán, un guiso de carne seca típico de Cuyo.
De la cordillera a la libertad de Chile
El 12 de febrero de 1817 el Ejército de los Andes obtuvo su primera gran victoria en la batalla de Chacabuco, que abrió las puertas de Santiago de Chile. Un año después, el triunfo definitivo en Maipú (5 de abril de 1818) consolidó la independencia chilena y preparó el terreno para la expedición al Perú.
Legado para la Argentina y América
El Cruce de los Andes no sólo fue un paso decisivo para la independencia de Argentina, sino que encendió la mecha de la libertad en todo el continente. La figura de San Martín, su disciplina y su visión estratégica lo convierten en un referente mundial de liderazgo y planificación militar.
“Lo que no me deja dormir no es la oposición de los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes.”
— Carta de San Martín a Tomás Guido, 14 de junio de 1816.
A 208 años de aquella epopeya, el Cruce de los Andes sigue inspirando a generaciones de argentinos y latinoamericanos. Recordar esta gesta es rendir homenaje a quienes, con coraje y visión, forjaron una América libre.
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